Cuando Chuck Feeney vendió Duty Free Shoppers en 1996, transacción que le generó un ingreso de $1.6 mil millones de dólares, se empezó a preguntar cuál era el verdadero propósito de su riqueza.
Tras fundar la compañía en 1960, la cual se enfocaba en colocar tiendas en zonas internacionales exentas de gravámenes y que a su vez les permitía ofrecer productos a precios atractivos a sus clientes, Feeney se dedicaría en su nueva etapa a apoyar a emprendedores a crear su propio éxito. Así fue como nació General Atlantic.
Después de unos años invirtiendo en emprendedores, el equipo de GA, como se conoce al fondo de inversión, había observado a Latinoamérica como una región de grandes oportunidades, mismas que capitalizaría bajo la dirección de Martín Escobari.
Nacido en Bolivia en el seno de una familia de médicos, Martín se encontró con un entorno donde las oportunidades eran limitadas y donde el camino parecía ya definido. Pese a que sus padres pensaban que lo mejor para Martín era seguir un camino tradicional, impulsados por amistades, sus padres decidieron enviar al joven a estudiar a Estados Unidos.
Fue así como, años más tarde, Martín se convirtió en uno de los primeros bolivianos egresados de la escuela de negocios de Harvard.
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